Julien Vercel, un agente inmobiliario del sur de Francia, está cazando patos junto al lago, mientras un hombre llamado Massoulier, que caza en la misma zona, es asesinado a tiros. Julien regresa a su oficina sin saberlo, pero pronto es interrogado por la policía. Se entera de que él es el principal sospechoso, porque al salir de la cacería vio el coche de Massoulier aparcado, apagó sus luces para ahorrar batería y cerró una de las puertas en la que dejó huellas dactilares. Además, el fallecido Massoulier y la esposa de Julien, Marie-Christine, tenían una relación secreta. Cuando él se enfrenta a su mujer más tarde en su casa, ella le confirma despreocupadamente su adulterio. Mientras Marie-Christine se esconde, Julien es llevado a la comisaría para un segundo interrogatorio, pero es liberado con la ayuda de su abogado, Clement, que lo lleva a casa. Mientras tanto, Marie-Christine ha sido asesinada. Julien es ahora el principal sospechoso. Para demostrar su inocencia, quiere ir a Niza, donde su mujer trabajaba antes, pero su secretaria, Barbara Becker, argumenta que debe hacer la investigación en su nombre. Lo hace con astucia cuando su jefe se queda dormido en la oficina. Barbara está secretamente enamorada de su jefe, mientras que Julien parece ser indiferente a ella.

Mientras Julien se esconde en su oficina inmobiliaria en lugar de entregarse a la policía, Barbara, que viaja a Niza, comienza a investigar la vida pasada de Marie-Christine. Se entera de que el verdadero nombre de Marie-Christine era Josiane Kerbel, que estuvo casada con un jugador y que perdió mucho dinero apostando a los caballos. Se casó con Vercel sólo para evitar ahogarse en deudas. Las pistas conducen a Barbara y a Julien a un cine, luego a un club nocturno y de ahí a los oscuros laberintos de la zona de prostitución. Barbara y Julien asaltan por error a un hombre sospechoso, creyendo que es el verdadero asesino. Se revela que es, en realidad, el hermano de Massoulier. En el teatro, un taquillero, antiguo amante de Massoulier, que acusó con saña a Julien del asesinato por teléfono, muere apuñalado. Bárbara, sin poder evitarlo, va a ver al abogado de Julien y finalmente descubre la verdad: Clement y Marie-Christine eran amantes. Mató a Massoulier porque Marie-Christine se lo pidió, la mató a ella porque no quería divorciarse de Julien, mató a la empleada porque lo sabía todo y habría matado a Julien después. Bárbara y un inteligente policía colaboran para tender una trampa al abogado. Clement, que se huele la trampa por la grabación de sonido en el último momento, se suicida en una cabina telefónica después de haber admitido todo por teléfono, cuando ve a los policías que se acercan. Julien y Barbara se casan finalmente con el hermano de Massoulier, que es clérigo.