David Welch ha sido suspendido de la universidad. Él y dos amigos, Greg y George, pasan su tiempo en la frontera entre Estados Unidos y México. David está enfadado con su padre, que no acepta que deje los estudios para trabajar en el negocio familiar de camiones. David idea un plan para secuestrar uno de los camiones de su padre, esperando que lleve un cargamento de televisores del mercado negro desde México. Los chicos consiguen robar el camión y lo aparcan temporalmente en una zona desolada mientras buscan un comprador para la mercancía robada. El padre de David jura vengarse de quien le ha robado. David se sorprende de que su padre esté tan molesto en lugar de ver el camión robado como una pérdida comercial.

Mientras el camión está abandonado, Greg persigue a Marta, una mujer mexicana de la zona, y David y George exploran su atracción mutua.

La operación va perfectamente hasta que unos hombres no identificados amenazan vagamente a Marta. Ella había ayudado ocasionalmente a los inmigrantes a conseguir documentos falsos, y los traficantes la interrogan sobre el paradero del cargamento. Esto deja claro al trío que el camión debe contener algo más valioso que simples televisores, posiblemente drogas. Decididos a obtener algún beneficio de todos modos, deciden volver al descampado, coger lo que puedan del camión y luego informar de su ubicación a los traficantes mediante una llamada anónima. Cuando desbloquean el almacén del camión, descubren que su carga incluía inmigrantes mexicanos que estaban siendo introducidos en los Estados Unidos, y que ahora están muertos después de haber estado encerrados en el camión durante tanto tiempo. Su rabia y su miedo hacen que la situación se les escape completamente de las manos cuando se enfrentan al padre de David y a la policía. Uno de ellos acaba siendo disparado.