Lee, un artista marcial e instructor de Kung Fu (Wing Chun) muy competente de Hong Kong, es abordado por Braithwaite, un agente de la inteligencia británica que investiga al presunto señor del crimen llamado Han. Lee es convencido para que asista a un torneo de artes marciales de alto nivel en la isla privada de Han para reunir pruebas que demuestren la implicación de éste en el tráfico de drogas y la prostitución. Poco antes de su partida, Lee también se entera de que el responsable de la muerte de su hermana, O'Hara, trabaja como guardaespaldas de Han en la isla. También luchan en la competición Roper, un endeudado adicto al juego, y su compañero Williams, veterano de la guerra de Vietnam.

Al final del primer día, Han da órdenes estrictas a los competidores de no salir de sus habitaciones. Lee se pone en contacto con la agente encubierta Mei Ling y se cuela en el recinto subterráneo de Han en busca de pruebas. Es descubierto por varios guardias, pero consigue escapar. A la mañana siguiente, Han ordena a su gigantesco ejecutor Bolo que mate a los guardias en público por haber incumplido sus obligaciones. Tras la ejecución, la competición se reanuda con Lee enfrentándose a O'Hara. Lee vence a O'Hara de forma humillante y luego lo mata después de que éste ataca a Lee con un par de botellas rotas. Han termina abruptamente la competición del día tras afirmar que la traición de O'Hara les ha deshonrado. Después, Han se enfrenta a Williams, que también había salido de su habitación la noche anterior para hacer ejercicio. Han cree que Williams tiene conocimiento del intruso y, tras una destructiva pelea, golpea a Williams hasta la muerte con su mano protésica de hierro. A continuación, Han revela a Roper su operación de tráfico de drogas, con la esperanza de que se una a su organización. También amenaza implícitamente con encarcelar a Roper, junto con todos los demás artistas marciales que se unieron a los torneos de Han en el pasado, si Roper no se une a su operación. A pesar de estar inicialmente intrigado, Roper se niega tras conocer el destino de Williams.

Lee se escapa de nuevo esa noche y consigue enviar un mensaje a Braithwaite, pero es capturado tras una prolongada batalla con los guardias. A la mañana siguiente, Han se encarga de que Roper se enfrente a Lee, pero éste se niega. Como castigo, Roper tiene que luchar contra Bolo en su lugar, al que consigue dominar y vencer tras una agotadora batalla. Enfurecido por el inesperado fracaso, Han ordena a sus hombres restantes que maten a Lee y a Roper. Enfrentándose a dificultades insuperables, pronto reciben la ayuda de los prisioneros de la isla y de los otros artistas marciales invitados, que habían sido liberados por Mei Ling. Han escapa y es perseguido por Lee, que finalmente lo acorrala en su museo. Tras una brutal pelea, Han huye a una sala de espejos oculta. Los espejos dan ventaja a Han, pero Lee rompe todos los espejos de la sala para revelar la ubicación de Han y finalmente lo mata. Lee regresa al exterior y a la batalla principal, que ya ha terminado. Magullados y ensangrentados, Lee y Roper intercambian un cansado saludo mientras los militares llegan finalmente a tomar el control de la isla.