Final de La tormenta perfecta
(2000)
Final de La tormenta perfecta (2000)
"Se acerca la tormenta."
Título original: The Perfect Storm
Sinopsis
Gloucester (Massachussetts), octubre de 1991. El Andrea Gail es un barco de pesca capitaneado por Billy Tyne (George Clooney), un veterano pescador cuyas últimas salidas se han saldado con paupérrimas capturas. Buscando un golpe de suerte que haga cambiar esta mala racha, se interna en el Flemish Cap, un lugar más allá de las zonas frecuentadas por los pescadores. Lo que ignora es que, a la zona donde faena, se está aproximando la tormenta más aterradora, violenta y destructiva que se pueda concebir.
Wolfgang Petersen
Director
James Horner
Compositor
John Seale
Fotógrafo
Wolfgang Petersen
Productor
Reparto principal

George Clooney

Mark Wahlberg

Diane Lane

John C. Reilly

William Fichtner

John Hawkes
Como acaba La tormenta perfecta
La Tormenta Perfecta está completamente desarrollada en el barco, la embarcación que une las vidas de 6 hombres a ella. El capitán Billy Tyne, interpretado por George Clooney, decide emprender una expedición de pesca para compensar la mala pesca de la última vez y para su propia redención. Le acompaña una tripulación de 5 personas, hombres de diferente temperamento y experiencia, cada uno con su propia razón para subir a bordo.
No hay ningún tesoro esperando a los hombres, pero sí hay peces. Peces que pueden encontrar si van más lejos de lo que han ido hasta ahora. Es la fortuna, la aventura, la reputación y el sustento, todo ello unido en el horizonte hacia el que navegarán. A pesar de las relaciones personales, de las advertencias de rivales amigos que saben que no deben enfrentarse al mal tiempo y de la sustitución en el último momento de un miembro de la tripulación, la tripulación del Andrea Gail está segura de que éste va a ser el viaje que cambie su vida.
Para el público, y para todos los personajes que no son los seis, está claro que el viaje es un error. Pero no hay nada que detenga a los hombres ni al barco, empeñados en la promesa de fortuna del mar. Y así, envueltos en recelos, dejando atrás a las mujeres que aman, las advertencias y una vida en la costa, la tripulación del Andrea Gail, se adentra en la tormenta perfecta.
La tormenta y su estela
Cuando los hombres experimentan la victoria y prueban su oportunidad de fortuna, ésta les es arrebatada rápidamente. Capturan bastante y más peces de los que esperaban, habiendo navegado más lejos de lo habitual. Pero como su máquina de hielo se estropea, no tienen más remedio que volver a navegar a través de la tormenta hasta la orilla. No pueden dejar que el pescado que han comprado se pierda. Se han demostrado a sí mismos que el viaje ha conseguido lo que pretendía. También tienen que demostrárselo al mundo.
Es esta decisión la que marca el rumbo de lo que les ocurrirá a los hombres y al barco. Como la tripulación subestima la gravedad de la tormenta y el huracán que se ha formado, navegan hacia el peligro. Los problemas a los que se enfrentan son duros y violentos, como la naturaleza del mar que tanto aman.
Hay una misión de rescate que no se completa, y el Andrea Gail ya no tiene a nadie que venga a buscarlos. Aunque sus familias y sus seres queridos esperan con la respiración contenida, esperando y rezando por la visión del barco pesquero en el horizonte familiar, nunca llega. Nos damos cuenta de que la tormenta se los va a tragar enteros.
Los hombres de mar
Cuando la película entra en su último acto, lo hace con tristeza y desesperanza. El barco Andrea Gail es finalmente volcado por el mar contra el que ha luchado durante tanto tiempo. Todos los hombres, excepto dos, están atrapados en el interior, y el barco está perdiendo. El capitán del barco que los trajo aquí, se va a hundir con su barco. Incluso el único hombre que sale nadando, no puede hacer otra cosa que mirar las furiosas y violentas aguas y decir su último adiós a la mujer que ama. Y en algún lugar, esperamos que ella pueda oírle.
Es un final que suscita en nosotros demasiadas preguntas. Es fácil observar a los hombres de la película y preguntarse: ¿merece la pena todo esto? ¿Por qué no pueden esperar? ¿Por qué no escuchan a todos los que dicen que no? ¿Qué guarda el mar, en su vasta extensión furiosa? Es una pregunta que parecen responder una y otra vez.
Cuando las palabras del capitán nos inundan al final, lo sabemos. 'You’re a goddamn sword boat captain. Is there anything better in the world?'.