Final de La mujer rubia
(2008)
Final de La mujer rubia (2008)
Título original: La mujer sin cabeza
Sinopsis
Una mujer, en una distracción mientras conduce, atropella algo. Al cabo de unos días le cuenta a su marido que ha matado a alguien en la carretera. Recorren la ruta pero sólo hay un perro muerto, y amigos allegados a la policía confirman que no hay información de un accidente. Todo vuelve a la calma y el mal momento parece superado, hasta que la noticia de un macabro hallazgo preocupa nuevamente a todos.
Lucrecia Martel
Director
Roberta Ainstein
Compositor
Bárbara Álvarez
Fotógrafo
Lucrecia Martel
Productor
Reparto principal

María Onetto

Claudia Cantero

César Bordón

Guillermo Arengo

Inés Efrón

María Vaner
Como acaba La mujer rubia
Esta película se centra en Verónica ("Vero"), una mujer burguesa argentina, y en cómo su vida se va torciendo poco a poco después de que piense que quizás haya atropellado y matado a una persona con su coche. Mientras Vero conduce, se distrae con su teléfono móvil y, al bajar la vista para contestar, su coche choca con algo. Mira por el espejo retrovisor, se recompone y se marcha. Un plano sin ángulo de visión de Véro alejándose de la escena muestra un perro muerto en el suelo.
Aunque Vero parece indiferente a la situación, está claro que el incidente la perturba profundamente. Actúa con torpeza y fuera de lugar. Cuando informa a su marido Marcos de que cree haber atropellado a alguien, insiste en volver al lugar del accidente; ven algo a un lado de la carretera, que su marido insiste en que es simplemente un perro, aunque Vero está aún más insegura que antes. Más tarde, el cuerpo del hijo de una sirvienta de piel oscura es recuperado de un canal, justo encima del lugar donde ocurrió el accidente. Su sobrina Candita, que está enamorada de Vero, le dice que quiere saber más sobre "ese niño que fue asesinado", pero Vero insiste en que el niño fue ahogado: "Los periódicos dicen que fue ahogado".
Aún sin estar convencida, en un intento de recuperar su memoria tras el accidente, Vero vuelve a visitar un hospital donde le hicieron radiografías y un hotel donde tuvo un encuentro con su amante Juan Manuel después del accidente. Descubre que no hay registros de sus visitas a un hospital (quizás fregado por su hermano, que trabaja allí) y al hotel donde se alojó (quizás fregado por Juan Manuel). Finalmente, asiste a una fiesta burguesa en un hotel, sonriendo débilmente y aturdida mientras la gente entra y sale del concurrido marco.