Francesco (Alessandro Gassman) y Marta (Francesca d'Aloja) son una tensa pareja italiana que dirige una pequeña empresa de diseño. Su matrimonio, que antes era lo más importante para ambos, ha perdido todo su sentido. Francesco pierde el interés por Marta, lo que la lleva a iniciar un romance con su socio.

La tía de Francesco, Anita, la oveja negra de la familia, muere en Estambul, donde Francesco acude para intentar vender la propiedad que ha heredado lo antes posible.

La familia que había gestionado la propiedad bajo la supervisión y dirección de Anita le acoge con hospitalidad, pero les preocupa lo que les depara el futuro. Su joven hijo Mehmet (Mehmet Günsür) está especialmente ansioso por mostrar a su apuesto invitado los alrededores.

Cuando Francesco descubre que la propiedad incluye un hamam abandonado, un baño turco, decide restaurar el hamam y reabrirlo al público. Durante la restauración, inicia una relación con Mehmet[3].

Mientras tanto, Marta llega a Estambul para conseguir un rápido divorcio de Francesco, pero se queda sorprendida cuando se da cuenta de lo mucho que ha cambiado Francesco respecto a su antiguo yo: tanto el hamam como el afecto incondicional de Mehmet eran justo lo que necesitaba, devolviéndole un propósito en la vida. Marta vuelve a enamorarse de él, haciendo que Roma y el divorcio pierdan importancia para ella.

La falta de voluntad de Francesco para vender la propiedad le crea enemigos, algunos de los cuales acaban asesinándolo.

Marta decide quedarse en Estambul y dirigir el hamam, y la escena final sugiere que se ha convertido en una segunda Anita.