Película ambientada en el Berlín alemán de los años 70 y circunscrita al interior del apartamento del personaje central.

Examinaba las relaciones homosexuales y heterosexuales a través de dos personajes:

• Leopold Bluhm (Bernard Giraudeau), un dominante vendedor de seguros de 50 años.


• Franz (Malick Zidi), un pelirrojo bisexual de 20 años, amante de Leopold y criado.

Al cabo de seis meses, se encontraban enfrentados y discutiendo constantemente, pero las cosas cambiarían para la pareja gay con la repentina llegada de los dos ex amores de ambos:

• Vera (Anna Thomson), la ex amante de Leopold, de ojos tristes y "complicados", que acaba de someterse a una operación de cambio de sexo


• Anna (Ludivine Sagnier), la ex-prometida de Franz, rubia, enamorada y abandonada.

Al final de esta película nihilista, en medio del juego sexual y de la dominación de Leopold sobre el grupo humillado, las mujeres se dirigen excitadas al dormitorio con él después de haber ordenado: "Todas al dormitorio", Franz fantaseaba con asesinar a Leopold disparándole durante el trío.

En el salón, Franz se compadecía de su compañera Vera, que no tardó en abandonar el dormitorio (después de que Leopold mostrara su preferencia sexual por la joven Anna, como señaló Franz: "La carne fresca gana"). Vera se mostró apenada por su estado: "He sufrido de todas las maneras imaginables. Tanta tristeza....... sufriré siempre... soy su criatura". Admitió que estaba "hambrienta de amor" cuando conoció a Leopold, y que él fue bueno con ella y ella fue feliz hasta que él dejó de desearla.

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Vera admitió que cuando Leopoldo dejó de quererla, ella tomó una medida drástica y de amor: "Me cambié de sexo por él, por amor a él, para que me volviera a querer. Era un chico y me convertí en mujer". Durante un tiempo, el cambio de sexo le devolvió el deseo, pero luego volvió a morir ("Me convirtió en una puta. Luego me dejó").

Cuando Vera le propuso a Franz: "No soy demasiado mayor para ti... Bueno, quizá podríamos intentar algo juntos", advirtió: "Es demasiado tarde". Le dijo a Vera que se había suicidado tomando veneno y que se estaba muriendo. Justo antes de expirar en el suelo del salón, le dijo: "Yo también soy su criatura". Mientras Franz moría, Leopold hacía el amor vigorosamente con Anna (y le prometía cómo ganar más dinero fácilmente: "Tendrás que trabajar para mí").

La reacción de Anna a la muerte de Franz fue: "¿Quién será el padre de mis hijos?", pero Leopold la calmó ordenándole que volviera a la cama. Siguió ejerciendo su control sobre una Vera no amada y no deseada cuando la instruyó: "Desvístete y ven con nosotros a la cama", pero cuando Vera respondió: "No me necesitas", él respondió: "Me necesitas" (las mismas palabras que le había dicho antes a Franz), la última frase hablada de la película.

La atrapada Vera luchó por abrir las ventanas selladas del apartamento cuando la película terminó.