En 1931, Jakob Fabian trabaja como redactor publicitario para una empresa de cigarrillos en Berlín. Aspira a convertirse en autor, mientras que su hedonista mejor amigo, Stephan Labude, desea trabajar en el mundo académico. Los dos suelen pasar las noches visitando burdeles y clubes. Fabian tiene una visión nihilista del amor y de la vida, ya que está traumatizado por su experiencia como soldado en la Primera Guerra Mundial.

Durante una de sus salidas a un club clandestino, Fabian conoce a Cornelia, una aspirante a actriz de cine. Se enamora de ella y comienzan una relación romántica; aunque ella se preocupa por Fabian, Cornelia muestra cierta ambivalencia sobre si la relación será duradera. Fabian, Cornelia y Labude comienzan a pasar tiempo juntos. En un momento dado, nadan en un lago a pesar de las escasas habilidades de Fabian para nadar. También se alojan en la casa de campo del padre de Labude, donde Cornelia hace firmar a Fabian un contrato en el que se compromete a no obstaculizar su carrera pase lo que pase.

En medio del aumento del desempleo y la pobreza en Alemania, Fabian es despedido de su trabajo. Por el contrario, la carrera de Cornelia comienza a despegar al aceptar las insinuaciones sexuales de Makart, un productor de cine mayor que ella. Fabian discute con Cornelia sobre sus acciones, aunque ella le promete que ayudará a "hacer que las cosas funcionen" para ellos. Se expresan su amor mutuo, aunque ella se marcha bruscamente de su alojamiento a la mañana siguiente.

Mientras la relación con su prometida se desmorona, Labude presenta una tesis en la Universidad de Berlín, con la esperanza de que sea aceptada. Mantiene una relación antagónica con Weckherlin, el ayudante del canciller. Con el Partido Nazi en auge y comenzando a entorpecer la vida alemana, Labude es arrestado por su apoyo al comunismo y la celebración de mítines para los trabajadores portuarios. Pronto es rescatado por su padre.

Fabian visita un estudio de cine en el que Cornelia está haciendo una prueba para un papel cinematográfico. Ella interpreta un sincero monólogo que impresiona a Makart y a los demás productores, que le dan el papel principal. El monólogo es en realidad una carta dirigida a Fabian, en la que le implora que se reúnan de nuevo en un café cercano. Cuando se reúnen, Fabián se muestra frío con ella, argumentando que el contrato que le había obligado a firmar era para que ella cometiera una infidelidad sin culpa. Esto la molesta, aunque Fabián pronto se disculpa y ambos renuevan su apoyo mutuo.

Labude es declarado desaparecido, y su padre y Fabian lo buscan juntos en Berlín. Algún tiempo después, Fabián encuentra a Labude de juerga en un estudio de arte nudista. Éste ha recibido una carta de su universidad, pero aún no la ha abierto.

Poco después, Fabian es contactado por la policía, que lo conduce a la residencia de los padres de Labude. Allí se sorprende al descubrir a Labude muerto por una herida de bala autoinfligida. Tras confirmar la identidad de Labude, Fabian lee su nota de suicidio; Labude se lamenta de su relación fallida y de su rechazo por parte de la universidad, declarando que no sirve para nada más e implora a Fabian que "viva una vida mejor" que la suya. Un molesto Fabian se enfrenta al rector de la universidad por la carta de rechazo, quien se muestra confuso ya que en realidad había aceptado la tesis. Al darse cuenta de que Weckherlin había falsificado la carta como una broma, Fabian se abalanza sobre él y lo golpea casi hasta la muerte antes de ser retenido por los testigos.

Sin ningún vínculo con Berlín, Fabian regresa a su ciudad natal, Dresde. Mientras se recupera lentamente de su dolor, ve a Cornelia en una revista, convertida en estrella de cine. Le tiende la mano y ella le devuelve la llamada, confiándole que, aunque ha alcanzado el éxito, no es feliz. La conversación se vuelve desenfadada y hacen planes para encontrarse en un café de Berlín.

Entusiasmado por volver a ver a Cornelia, Fabian hace una maleta y se dirige a la estación de tren. De camino, ve a tres niños jugando en un lago, lo que le recuerda su época con Labude y Cornelia. Ve a un niño de pie en un puente, que parece intentar suicidarse. Fabian le pide que no salte, pero el chico no le oye y cae al agua. Instintivamente, Fabian salta al lago para salvar al chico. Es incapaz de salir de la corriente y se ahoga. El niño sobrevive y sale a la orilla, viendo las pertenencias de Fabian esparcidas por todas partes, pero sin ser consciente de lo que acaba de ocurrir. En Berlín, Cornelia espera a Fabian.