Final de El rey pasmado

(1991)
Final de El rey pasmado

Título original: El rey pasmado

01/11/1991 (ES)Historia110 min
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Sinopsis

España, reinado de Felipe IV (1621-1665). Se inspira en una novela del escritor Gonzalo Torrente Ballester. El Rey (Gabino Diego) se queda estupefacto al contemplar el cuerpo desnudo de Marfisa (Laura del Sol), la prostituta más bella de la Villa y Corte. Después pretende ver también desnuda a la Reina (Anne Roussel) y, para mayor escándalo, manda cubrirse al conde en presencia del valido. Sin embargo, el Rey, a pesar de la oposición y el escándalo de la Iglesia, no parará hasta ver cumplidos sus deseos.

Imanol Uribe

Director

Reparto principal

María Barranco

María Barranco

Joaquim de Almeida

Joaquim de Almeida

Laura del Sol

Laura del Sol

Gabino Diego

Gabino Diego

Juan Diego

Juan Diego

Fernando Fernán Gómez

Fernando Fernán Gómez

Como acaba El rey pasmado

Historia ambientada en la corte española del siglo XVII, donde el rey Felipe IV, en una escapada con el conde de Peña Andrada, se queda atónito al ver el cuerpo desnudo de Marfisa, una prostituta del pueblo (en una pose que recuerda a la Venus de Rokeby). Tras este descubrimiento, el rey decide ver el cuerpo desnudo de su esposa, la reina Isabel de Francia.

Debido a ello, el Gran Inquisidor se ve obligado a convocar una reunión de teólogos para discutir el asunto. Los dos bandos del debate están representados por la figura del fraile Villaescusa, que asegura que la pretensión del rey es un pecado grave que puede acarrear un castigo a todo el país, y el padre Almeida, un misionero jesuita que responde que la suerte de los gobernados depende de la capacidad de sus gobernantes más que de su moralidad y que el deseo del rey es un asunto privado. Aunque la reina está dispuesta a acomodarse a los deseos del rey, Villaescusa y sus secuaces hacen lo suficiente para frustrar sus deseos. Finalmente, con la ayuda del jesuita y del conde de la Peña Andrada, el rey consigue reunirse a solas con la reina en el monasterio de San Plácido y logra su objetivo.

Mientras tanto, el Conde-Duque de Olivares teme ser castigado por Dios al no poder tener hijos con su esposa, por lo que se deja aconsejar por Villaescusa, quien le informa que la culpa de la infertilidad la tiene el placer que obtienen él y su esposa al realizar el acto sexual. La solución "divinamente inspirada" que propone Villaescusa es que el conde y su mujer copulen en el coro de la iglesia de San Plácido (donde casualmente también están los reyes) delante de las monjas del coro. Al final de este encuentro sexual el Conde-Duque de Olivares recibe dos cartas en las que se le informa de la llegada con éxito de la flota de Indias a Cádiz y de la victoria de las tropas españolas en Flandes. Villaescusa dice que el feliz desenlace se debe a los sacrificios que todos han pasado, pero el Conde-Duque le contesta que por la fecha de las cartas se podía ver que la flota había llegado a Cádiz hace dos días "justo el día que el Rey se fue de putas". El Conde-Duque envía a Villaescusa a Roma con una carta sellada en la que le pide que no le deje marchar hasta que haya cambiado de actitud.