En Buffalo, Nueva York, un hombre llamado Carl recoge a una mujer que cree que es una prostituta y la lleva a su casa. Cuando se da cuenta de que es transexual, la asesina con rabia, descuartiza el cuerpo y coloca los trozos en un congelador. Mientras tanto, Mike Fletcher, un detective, se obsesiona con el caso, que amenaza con ser cerrado por su inactividad. Una problemática cena de Acción de Gracias revela que ha estado ignorando a su familia, incluida su rebelde hija, Abby. Tras una discusión con su madre, Abby se escapa de la casa para estar con su novio Tad. En la cafetería donde él trabaja, Tad rompe con ella y Abby sale corriendo. Tad la ve hablar con una persona en un coche; cuando vuelve a mirar, ella ha desaparecido. Carl secuestra a Abby y la encadena en su sótano, donde mantiene prisioneras a otras dos jóvenes, Brittany y Lauren, que sufren el síndrome de Estocolmo.

Mike y su compañera, Kelsey Walker, investigan inmediatamente la desaparición de Abby. Aunque inicialmente niega tener conocimiento de la desaparición de Abby, Tad se presenta en la comisaría al día siguiente e identifica a Darrell, un antiguo sospechoso y co-conspirador de Carl, al que vio en la cafetería. Mike y Kelsey interrogan a Darrell, pero Mike le agrede físicamente y es apartado del caso. Mike irrumpe en la casa de Darrell y encuentra una lista de productos farmacéuticos que Darrell ha suministrado a Carl, antes de que Kelsey aparezca para respaldarlo. Lleva la lista al hospital y mantiene una breve conversación con Carl, que trabaja como cocinero allí. El jefe de Darrell le dice a Mike que Darrell no se ha presentado a trabajar y que la lista de medicamentos está escrita por una persona no profesional. Mike llama a la empresa que figura en la lista con la esperanza de encontrarlo, pero están demasiado ocupados para responder inmediatamente.

Esa noche, una tormenta de nieve cierra el aeropuerto y obliga a Darrell a quedarse en la ciudad. Mike y Kelsey rastrean a Darrell hasta un hotel, pero encuentran a Darrell muerto y pruebas circunstanciales colocadas por Carl que lo señalan como el secuestrador. Mike recibe una llamada de la empresa, que resulta ser una empresa de catering. Lo relaciona con los detalles de la descripción de Carl por parte de una posible víctima y se da cuenta de que Carl es el asesino. Él y Kelsey se dirigen a la casa de Carl mientras Kelsey lo informa por teléfono. Mientras tanto, Abby, que había inculpado a Brittany por romper las reglas de Carl, le convence de que Brittany sólo estaba celebrando el hecho de estar embarazada, y Abby toma el lugar de Brittany para una cena especial que él había planeado; ella aprovecha esta oportunidad para apuñalarlo con un sacacorchos. Carl la arroja de nuevo al sótano, donde la embarazada Lauren ha roto aguas. Debido a su inmovilidad, le pide a Abby que le ayude a sacar al bebé.

Mike y Kelsey llegan a la casa y encuentran un montón de pruebas, incluyendo una guardería con varios bebés en ella. Oyen ruidos de abajo y, buscando el sótano, Mike habla brevemente con Abby por el interfono de la casa. Abby le dice que Carl lleva la llave de la puerta del sótano colgada del cuello. Mike se enfrenta a Carl y le dispara, pero Kelsey recoge la escopeta desechada de Carl y dispara a Mike, revelando que ella estuvo con Carl todo el tiempo (ya que fue la primera víctima de Carl); su infertilidad los dejó sin poder tener hijos, por lo que él montó la operación para secuestrar prostitutas y obligarlas a tener hijos. Carl muere, pero antes de que Kelsey mate a Mike, éste le revela que Abby está embarazada. Kelsey libera a Abby y se lleva al bebé recién nacido de Lauren, asegurándoles que están a salvo. La policía encuentra la guardería de Carl, que ahora está vacía. Semanas más tarde, Kelsey, con un nuevo nombre, aparece trasladada a otra ciudad con los bebés desaparecidos. Deja un mensaje telefónico a Abby en el que la felicita por su futura maternidad, que Abby escucha más tarde, con el sonido de un bebé llorando de fondo.