Cuando volvían a casa de la feria, Sarah O'Neill y su hijo Chris casi atropellan a una loca local conocida como "Walkie-Talkie" mientras la mujer murmura para sí misma en la carretera.

Molesto porque su madre no le dice la verdad sobre dejar a su padre para mudarse a una casa remota en el campo, Chris huye a los bosques cercanos. Sarah encuentra a Chris después de quedar momentáneamente hipnotizada por un enorme agujero en el suelo del bosque.

Durante la cena con sus amigos del trabajo, Louise, Rob, Jay y Lil, Sarah se entera de que el verdadero nombre de Walkie-Talkie es Noreen Brady. El grupo cuenta que Noreen fue institucionalizada después de delirar repetidamente que su hijo James era un impostor. Al salir de la cárcel, Noreen atropelló al chico y lo mató.

Sarah descubre que Chris no está en su cama cuando ruidos extraños la despiertan en la noche. Sarah sigue los ruidos hacia el bosque oscuro donde se encuentra con una figura fugaz en los árboles. Cuando encuentra a Chris de vuelta en la casa, el chico afirma que nunca se fue.

Sarah comienza a notar que Chris se comporta de manera diferente. Un médico le receta una medicación a Sarah mientras que también nota una cicatriz en su frente que recibió de su marido abusivo.

Sarah y Chris se encuentran con Noreen en la carretera de nuevo. Noreen le dice a Sarah que Chris no es su hijo. El marido de Noreen, Des, viene a llevar a Noreen dentro. Noreen grita y golpea su cabeza contra la ventana del pasajero mientras Sarah se aleja.

Sarah vuelve a visitar a Noreen y la encuentra muerta con la cabeza enterrada en la tierra. Mientras un detective la entrevista sobre el descubrimiento del cuerpo de Noreen, Sarah tiene una visión de Chris rompiendo la muñeca de otro detective.

Con sus sospechas sobre el comportamiento cada vez más extraño de Chris creciendo, Sarah asiste al velatorio de Noreen. Des cuenta brevemente cómo su esposa creyó que su hijo era un impostor cuando Sarah le pregunta qué quiso decir Noreen con que James y Chris no eran sus hijos.

Sarah encuentra el juguete favorito de Chris tirado cerca del agujero de entrada en el bosque. Chris niega haber regresado al bosque, provocando una discusión que termina con Chris empujando por la fuerza la mesa de la cocina a Sarah.

Sarah se asoma por debajo de la puerta de la habitación del niño para espiar a Chris acechando y comiéndose una araña como un animal depredador. Sarah esconde una cámara en la habitación de Chris. Sarah tiene una pesadilla en la que Chris desgarra cruelmente la cicatriz de su frente.

Mientras ve al chico actuar en el escenario de la escuela, otra extraña visión hace que Sarah afirme que Chris no es su verdadero hijo. Sarah deja a Chris con Louise mientras ella huye del edificio.

Sarah lleva la cámara a Des afirmando que lo mismo que le pasó a James le está pasando ahora a Chris. Aunque Des rompe la cámara con rabia, se niega a decirle a Sarah que lo que ella afirma no es posible.

Habiendo dejado de tomar su medicación, Sarah confronta a Chris con una acusación de que no es su hijo. Chris ataca violentamente a Sarah, le entierra la cabeza en el suelo afuera y se desploma.

Sarah se recupera para arrastrar a Chris de vuelta a la casa. Sarah ve un reflejo monstruoso cuando sostiene un espejo en la cara del niño. Chris ataca de nuevo antes de que Sarah lo someta.

Sarah vuelve al agujero del bosque y permite que se la trague. Bajo tierra, Sarah se arrastra por un estrecho túnel que conduce a una cámara de esqueletos. Sarah encuentra al verdadero Chris yaciendo inconsciente.

Sarah se enfrenta a varias criaturas que cambian de forma. Sarah escapa por el túnel con Chris, luchando contra una criatura que lleva su apariencia por el camino.

Sarah deja a Chris fuera mientras entra en la casa para recuperar las llaves del coche. Al oír al segundo Chris llorar al otro lado de una puerta cerrada, Sarah prende fuego a la casa con la doble dentro. Sarah y Chris se alejan.

Sarah y Chris se mudan a una nueva casa en la ciudad. Sarah regresa a la escuela. Sarah toma una foto de Chris en la que su rostro está borroso, lo que hace que reconsidere brevemente su verdadera identidad.